Les llaman áreas de descanso, pero no tengo claro que permitan ejercer tan digna actividad. El calor, la aglomeración de gente, los cercanos surtidores de gasolina, el tránsito de camiones y turismos y, sobre todo, el ruido del tráfico que hay a pocas decenas de metros, las convierten en zonas del limbo: ni se trabaja ni se descansa. Son zonas ni-ni.
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