Las puertas entreabiertas constituyen casi siempre promesas del futuro. Son espacios entrevistos y, por tanto, no consumados, cantos de sirena que nos llaman a ocuparlos. Aunque, cuando lo atisbado son anaqueles repletos de libros, es posible que estos cantos se conviertan en sirenas, a secas, que nos alerten del peligro que conlleva la cultura en estos páramos.
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