sábado, 3 de septiembre de 2011

Una iglesia


¿ Y por qué es una iglesia? Tenemos pocos datos para vincular estos fragmentos a un templo. Pero suficientes. El almohadillado de piedra a modo de zócalo, demasiado caro para un edificio cualquiera; la barandilla de forja acabada en un arabesco, ídem; el inicio de una escalinata, inusual en construcciones más prosaicas; y los pétalos caídos de una flor, que nos hablan de un casamiento o de un sepelio. Las dos caras de una misma moneda.

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