Los bodegones son monumentos a la escatología, supuesto que la descontextualización de elementos perecederos suscita en nosotros ideas sobre el sentido de la vida, su duración y la fugacidad de los placeres. El problema surge cuando, en lugar de jarrones de flores aún lozanas, pero cortadas, o sea, potencialmente mustias, nos las vemos con flores de plástico. Quizá nos generen ideas de plástico... y ya se sabe que la duración de este material es limitada.
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