Cuando pensamos en los interiores de los edificios destinados a la educación, llámense colegios, academias, escuelas, institutos o universidades, rápidamente nos imaginamos las aulas llenas de mesas -o pupitres- o la pizarra. Pero, según cómo los observemos, un recinto de este tipo puede parecerse más a un ejemplo de arquitectura moderna desprovisto del olor a lápices recién afilados.
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