En un área dominada por los grises y ocres -que no implica mediocres- irrumpe en escena un modesto cartel, de dimensiones limitadas y superficie arrugada, asumiendo un protagonismo que, en principio, no le correspondería. Pero sus encantos son muy poderosos: son los encantos de los colores primarios, saturados, con voces de tenor que apagan a los barítonos y bajos. ¿Agudeza o estridencia?
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