Cuando la crisis galopa, la imaginación de muchos ciudadanos es espoleada por la necesidad. Este destartalado buzón, este magnífico monumento a la precariedad, lleva bastantes semanas soportando las inclemencias del tiempo. Cumple su función de alojar la correspondencia como debe hacer quien tiene ínfulas de buzón, blandiendo solo un alambre oxidado como defensa de una caja de cartón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario