lunes, 3 de enero de 2011

La desmesura de lo antrópico


El horizonte que dibuja la montaña de Sant Llorenç del Munt es casi tan espectacular como el de su hermana, Montserrat. En ambas se yerguen poderosas masas de conglomerado, limpias de vegetación y fuertemente erosionadas. Pero lo que no pudo destruir ni el viento, ni el agua, ni la nieve, lo están consiguiendo los humanos a base de zarpazos de alquitrán y cemento armado. Ya han herido de muerte la falda de lo que aún se atreven a llamar "parque natural". Será natural para quienes conciben la destrucción consustancial a la Naturaleza.

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