Esta es la iglesia de Sant Llorenç de Sous, cenobio perdido entre Beuda y Albanyà. Bueno, lo que queda de ella. Es curioso observar el interior de un edificio para el cual ha perdido sentido el concepto de interior. Desprovisto de cubierta desde hace siglos, su altar y ábside principal, la parte más sagrada, reciben irremisiblemente el agua de la lluvia. Y es que la naturaleza no entiende de teología.
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