Pues no. Lo que se ve en lontananza no es uno de los famosos toros de Osborne que coronan muchas colinas en España. Es, sencillamente, una vaca, una vaca solitaria que he visto cuando descendía del Taga. Ajena a los montañeros y a las demás reses que pastan, en grupo, por estas lindes, ha optado por la emancipación y la huida del hogar. Es una rebelde con causa: más pasto que echarse al coleto.
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