O farola reflejada, o asfalto mojado, o incluso tímido bordillo; todos estos elementos, en principio independientes, ceden parte de su soberanía para conformar partes de un todo, de una historia fruto de la contingencia: a la salida del trabajo de un pesado día el fotógrafo, antes de subirse a su coche, ha desplegado el paraguas, ha cobijado su cámara bajo su amparo y, triste la jornada, ha decidido encuadrar el suelo en lugar del cielo. Discontinuidades de la vida.
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