sábado, 30 de julio de 2011

Vandalismo


En ocasiones, no hay que buscar grandes destrozos para advertir las consecuencias de los vándalos. Cualquiera puede hacer una prueba sencilla: caminar por la acera de la calle de su ciudad un solo tramo, y seguro que se encuentra con algunas huellas de su paso. Aquí, por ejemplo, una bombilla rota. Discreción no les ha faltado. 

viernes, 29 de julio de 2011

Palos de la luz


Los palos de la luz tratados con creosota para proteger la madera constituyen una especie en extinción. No sé, dicen que ese tratamiento convierte un material tan noble como la madera en un producto cancerígeno. Lo innegable es que esos palos han cumplido perfectamente su cometido resistiendo a la intemperie durante décadas. Ya veremos lo que duran los de hormigón armado. A las termitas, les da igual.

jueves, 28 de julio de 2011

Transeúntes II


Una posible definición de ciudad podría ser esta: lugar urbanizado en el que pululan muchos transeúntes. Y, por más que cada caminante parece que se dirige a alguna parte de modo perentorio, lo cierto es que vistos en conjunto parece que deambulen sin ton ni son. ¿Tienen verdaderamente algún objetivo la mayoría de nuestros trayectos?

miércoles, 27 de julio de 2011

Bicho


Amanece. Me levanto y subo la persiana para que entre la luz. Y ¿quién me da los buenos días? Un bicho. Digo bicho por ignorancia, porque es lo único que puedo decir de él, aparte de que es un insecto volador. Y así se queda este majestuoso bicho volador: mirándome y tratando de adivinar qué tipo de bicho soy yo...

martes, 26 de julio de 2011

Parasol


Es tiempo de insolación, aunque este verano parece que incluso el sol se ha ido de vacaciones. Por si acaso, hay que proveerse de parasoles. La mayoría de ellos son burdas estructuras de plástico o loneta blancos que paran el sol, pero insultan estéticamente a sus usuarios. Lástima que no haya parasoles vegetales como este: la fragilidad y tamaño de la planta no lo permiten.

lunes, 25 de julio de 2011

Sant Llorenç de Sous


Esta es la iglesia de Sant Llorenç de Sous, cenobio perdido entre Beuda y Albanyà. Bueno, lo que queda de ella. Es curioso observar el interior de un edificio para el cual ha perdido sentido el concepto de interior. Desprovisto de cubierta desde hace siglos, su altar y ábside principal, la parte más sagrada, reciben irremisiblemente el agua de la lluvia. Y es que la naturaleza no entiende de teología.

domingo, 24 de julio de 2011

Antirretrato


Es un autorretrato, pero también un antirretrato, en la medida en que, a causa del minúsculo espacio que ocupa el sujeto retratado respecto a todo el espacio, es prácticamente inidentificable. Claro que se puede ampliar la fotografía pero, dada su limitada resolución, solo se obtendría una pixelización inaceptable. Son cosas de la fotografía digital.