sábado, 26 de febrero de 2011

Sobre las paredes medianeras


Las paredes medianeras son como las faltas de ortografía en los escritos: por muy interesante que sea el relato, lastran su valía. De poco sirve que los edificios muestren sus magníficas fachadas si en los laterales el viandante puede observar las miserias de las paredes medianeras. ¿Y por qué son tan horribles? Porque exhiben su esqueleto sin pudor -fábrica de ladrillo- o aburren por su monotonía -tabiques de fibrocemento-, y siempre recurren a la más gris de las opciones cromática: la monocromía.

viernes, 25 de febrero de 2011

Obligaciones de imagen


Aunque legalmente no existe, supongo que lo contrario de los derechos a la propia imagen debe de ser algo así como las obligaciones respecto a la imagen ajena. Y el resultado de respetar estas obligaciones puede ser como el de la presente foto. Para no tener que pedir autorización escrita a los padres de cada uno de los adolescentes que están celebrando el Carnaval, pues he sangrado bastante el encuadre para cortarles la cabeza. Todo conforme con la legalidad vigente.

jueves, 24 de febrero de 2011

A contracorriente


Es aleccionador ver como, en ocasiones, hay seres que desafían lo establecido, perseveran y mantienen su posición luchando contra la lógica. Es el caso de esta hiedra, que debería haber perdido todas sus hojas en el otoño y que ahora, cercana ya la primavera, aún se resiste a perder las pocas hojas que le quedan. Acabará fracasando, pero le habrá arañado unos cuantos meses a la lógica natural.

miércoles, 23 de febrero de 2011

A ras de mesa


Nos sorprende ver imágenes tomadas a ras de suelo, y más si somos occidentales, pero esta sorpresa no  creo que sea fruto de un punto de vista diferente al habitual, sino de una distancia inhabitual con respecto al suelo, hecho extrapolable a cualquier superficie u objeto. Aquí, una simple mesa de escritorio también nos parece extraña, fundamentalmente porque nunca nos hemos aproximado a ella.

martes, 22 de febrero de 2011

Los paraísos perdidos


No soy tan ingenuo como para pensar que toda arboleda y todo prado es naturaleza espontánea pero, aunque no lo sea, implica una participación de esta preponderante. El problema surge cuando los artefactos humanos ocupan sin recato los espacios en los que deberían supeditarse a la vegetación; el problema, en definitiva, es la falta de recato de nuestra civilización, sin el cual la integración no es posible.

lunes, 21 de febrero de 2011

El azar de las cartas


Digo el azar de las cartas, y no las cartas del azar, porque paseando por el pueblo de Verges, me las encontré por azar, tiradas a lo largo de una calle. No sé si se trataba de algún conjuro,  de algún ritual satánico o simplemente, de que se les habían ido cayendo a un caminante despistado, pero me inclino por esto último: a menudo el misterio no es más que una asociación azarosa de pensamientos, actos y objetos.

domingo, 20 de febrero de 2011

Cuestión de horizontes


Otear el horizonte no es una cuestión banal, sino una postura ideológica. En principio, requiere una cierta sensibilidad el apercibirse de su misma existencia; una vez captado,  puede concebirse como un horizonte bajo, en el que el observador deja enseñorearse a los celajes, dando importancia a lo etéreo, o bien un horizonte alto, en que lo terrenal campa por sus fueros. Es la dicotomía de siempre...