sábado, 23 de abril de 2011

Aeropuertos fríos


Jamás he encontrado un aeropuerto acogedor. Por supuesto, estos lugares son la antítesis del hogar, el espacio íntimo por excelencia. Y lo son por su atmósfera impersonal, por su brutal funcionalidad, por la fugacidad de todo cuanto transita por ellos, por el derroche de metros cuadrados. Y por las luces, siempre demasiado frías.

viernes, 22 de abril de 2011

Verdura


O digamos mejor verdor, para no pensar en comida. En cualquier caso,  la contemplación del verde siempre supone un relajo, independientemente de la forma que lo incluya. Es una vuelta a nuestros orígenes, a lo consustancial al ser humano, al hogar, aunque se haya convertido en un chafarrinón que linda con el supuesto buen gusto. Benditos límites.

jueves, 21 de abril de 2011

Deseos en forma de monedas


Al fondo del estanque se pueden atisbar monedas que resisten, de momento, la corrosión. Es sorprendente esta costumbre de pedir deseos o hacer promesas y ratificarlos lanzando una moneda al agua. No perdemos el punto de vista económico ni en los hechos menos consustanciales a él. Quizá sea que la palabra no tiene valor suficiente y tengamos que acompañarla del vil metal.

miércoles, 20 de abril de 2011

Piedras, madera y luz


Estos son los ingredientes básicos de la mayoría de nuestras iglesias: piedras para conformar una carcasa perdurable; madera para labrar las imágenes que se van a venerar y para los bancos sobre los cuales asistir a los oficios religiosos, y luz... luz para iluminar el alma y trascender lo corpóreo. Sin ella, todo lo demás se convierte en la escenografía de cualquier teatro.

martes, 19 de abril de 2011

Vidrieras de nuevo cuño


Con las vidrieras me sucede algo curioso: que aunque plasmen imágenes formalmente innovadoras, no puedo dejar de vincularlas a la Edad Media. Es un género artístico lastrado por su pasado esplendoroso del cual solo se ha podido desvincular, y parcialmente, en el modernismo. Tal vez su carácter artesano contribuya a esto, amén de la escasa renovación iconográfica.

lunes, 18 de abril de 2011

Caída de la tarde


La caída de la tarde casi siempre suele depararnos sorpresas, sorpresas visuales, se entiende. Los edificios, aplanados por la luz excesiva y la sombra profunda durante las horas centrales del día, muestran ahora sus detalles contructivos, más allá de su volumen y forma; las sombras esbatimentadas proyectan, pero no cubren; las cosas son, pero no imponen su ser.

domingo, 17 de abril de 2011

La consagración de la primavera


No, no es esta una recensión sobre el famoso ballet de Stravinski, sino la constatación de que la primavera, a las tres semanas de su llegada, se encuentra en su punto álgido. Pero toda consagración implica el anuncio tácito del declive. Las plantas, al poco de florecer, pierden sus pétalos: estos, abandonados por la belleza de sus formas y colores, pasan a alimentar la tierra. Solo cabe esperar que les sea leve.