Tsunami humano

 

He estado en Barcelona cientos de veces, pero hoy he visto lo que nunca: un auténtico tsunami humano. Para caracterizarlo un poco más, podría especificar que esa humanidad forma parte de lo que llamamos turistas. Al embocar la calle de Ferran en dirección a la plaça de Sant Jaume he chocado contra una primera y luego, en Portaferrissa, Plaça Nova, etc. contra diversas réplicas. Bendito turismo en tiempos de crisis.

El silencio es oscuro

 

El silencio es oscuro. Tal vez porque equivale a falta de comunicación y, por ende, a lo misterio y, por ende, a lo oscuro, que siempre casa bien con el misterio. Pero también sería posible que el silencio fuera más elocuente que la verborrea y los vistosos ademanes y entonces, con una fuerza tal, debería asociarse con el fulgor de la luz, deslumbrante. Como el verdadero silencio.

Buscando el punto de fuga

 

Todos estos cipreses, todos estos edificios se han convertido en líneas de convergencia, y como tales, buscan al unísono un punto de fuga allá en la lejanía. O quizá debería decir allá en lo alto, en el cielo. ¿Acaban allí nuestros desvelos, así como acaba la búsqueda del punto de fuga por parte de las líneas de convergencia? Mejor llamarle perspectiva lineal. Y punto.

El rezagado

Ser un rezagado, quedarse rezagado, se nos antoja siempre el peor de los crímenes. Solo los impedidos, los débiles, los limitados intelectualmente hablando o los despistados se quedan rezagados. No obstante, también tienen sus ventajas: dejan de convertirse en animales gregarios, dejan de tener que disputar el liderazgo y, sobre todo, pueden gozar de una actitud contemplativa que los de la vanguardia no pueden ni soñar.

Lo siniestro

 

Cuando pensamos en la idea de siniestro, podemos imaginarnos a algunos individuos esquinados, a acciones truculentas, a viviendas tétricas, a parajes amenazadores, pero nunca al patio de una escuela iluminado por el sol del mediodía. Paseando frente a este patio escolar, me he detenido a observarlo y me ha parecido siniestro. Quizá lo verdaderamente siniestro sea la ausencia de vida.

A Esther Vilalta Casas, in memoriam

Número accesorio

 

Es posible que alguien que vive en una casa a la que se le ha asignado un número accesorio y que sea particularmente sensible pueda sentirse que está, por un asunto administrativo, de más en el mundo. Es probable que alguien que vive bajo un puente por falta de medios y que no sea particularmente sensible pueda sentirse que está de más en el mundo.