viernes, 28 de enero de 2011

El goteo de la lluvia


Aunque es obvio que no puede llover sin que caigan gotas, también lo es que cuando arrecia la lluvia, las gotas prácticamente se convierten en chorros de agua que impactan contra el suelo para volverse a evaporar y proseguir el ciclo. Pero unas pocas se resisten a perderse en la tierra y se agarran a lo que pillan, como a este tendedero. ¿Será esta funesta testarudez fruto de la voluntad de conservar su individualidad?

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