martes, 28 de junio de 2011

¿Paredón?


Por imponente que sea un muro, si está pintado con un color cálido, difícilmente podremos considerarlo como un paredón. Tampoco podría concebirse como una especie de muro de lamentaciones, porque el color dulcifica nuestros sentidos, o los despierta, pero siempre minimiza la rotundidad de las obras arquitectónicas y, sobre todo, las humaniza. Las lamentaciones, claro.

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