lunes, 31 de enero de 2011

Fogonazo cromático


Es este un ejemplo palmario de la fuerza de los colores saturados y planos, máxime cuando se oponen los cálidos y los fríos y se deja el resto de la imagen casi sumida en una apagada bicromía. El problema del color es que puede convertirse en el flautista de Hamelín, y nosotros, en las ratas que lo sigue. Tendríamos que ponernos unos tapones en las orejas e intentar valorar qué virtudes formales hay tras el fogonazo cromático.

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