viernes, 24 de junio de 2011

Aberturas tapiadas


Las puertas y ventanas tapiadas de las casas deshabitadas me resultan inquietantes. No porque puedan llegar a ser pasto de okupas, sino porque constituyen un símbolo del fracaso. Las viviendas se construyen para ser habitadas y, aunque es lógico haya momentos en que permanezcan huérfanas de inquilinos, una pared de ladrillos anula cualquier posibilidad de futuro, salvo la demolición.

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